miércoles, 9 de enero de 2019

El hombre con plumas.



El hombre con plumas.
     Aunque le parezca extraño este evento del cual hablaremos hoy, no es una película de Hollywood; ni de ciencia ficción: Esto fue, una historia de la vida real, así como sale en los anuncios de las películas cuando han sido historias en la vida real: La historia dice así: Resulta que el rey Nabucodonosor rey de Babilonia, después, de alcanzar sus metas extraordinarias, en su reinado tan exitoso y multimillonario: Su corazón, se llenó de mucho orgullo admirando sus obras: Empezó a darse la gloria, admiración así mismo y se le olvidó darle la gloria a Dios: veamos lo que pasó.
Daniel 4:30-
30- Habló el rey y dijo: ¿No es esta la gran Babilonia, que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad.
     Vemos que él estaba muy arrogante y muy orgulloso por la obra que había terminado. Veamos lo que le pasó:
31- Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti: 32- Y de entre los hombres te arrojaran, y con las bestias del campo será tu habitación, y como los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere. 33- En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor , y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como como las de las aves. 34 Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo y mi razón me fue devuelta y bendije al Altísimo, y alabé y glorifique al que vive para siempre cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades.
     Vemos que hasta que el rey Nabucodonosor, reconoció la mano de Dios en el reinado y su grandeza: Dios tuvo misericordia de él y le fue devuelta la razón y su reinado. No cabe duda que nuestro Dios hace lo que quiere con sus reinados y sus reyes. Así como con cualquier hombre
Al final de todo, lo que tenemos que aprender es que: Aunque Dios nos levante y nos dé riquezas y gloria: ¡Nunca nos olvidemos de que Dios da y también quita! Nunca dejemos de darle la gloria de Dios en todo: No sea que caigamos en lo mismo de ser, como las bestias, sin razonamiento y nos pueden salir plumas y garras así como le pasó a dicho rey.
Bendiciones.
Pastor, Luis Molina.
MCDD. Una iglesia para toda la familia.

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