jueves, 9 de marzo de 2017

¿Cuánto ama a Dios?.




Esta pregunta es tan fácil de hacer y no muy difícil de contestar,  en la realidad, ¿Cuál sería su respuesta?: ¿ama a Dios o no lo ama?
En este día, espero comprenda, si ama a Dios o le falta mucho, porque creo que nadie respondería que ¡no lo ama!.
Que nos dicen las sagradas escrituras al respecto, el libro de Juan nos habla del amor de Dios hacia nosotros pero el también hace la misma pregunta.
Juan 14:20-24.
20En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. 21 El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. 22Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? 23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. 24El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.


Esta fue la enseñanza, que Jesús les dio a sus discípulo cuando les hablaba.
Creo que usted con esta enseñanza, ¡sabe si ama o no ama a Dios!, ¡yo creo que usted si ama a Dios y quiere mas de El, como muchos lo quieren, pero el problema es demostrarlo con hechos y no solo con palabras.
Si usted es honesto consigo mismo reconocerá que ama a Dios pero no lo suficiente, ya que todavía se le escapa más de algún pecado aunque no lo quiera, así como les pasa a muchos, aún hasta Pablo el apóstol de Jesucristo. Decía ¡Miserable de mí!
Romanos 7:24
24¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?
Romanos 7:15.
15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
Romanos 7:17,
17De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí
Romanos 7:19.
19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. 22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? 25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
Vemos que Pablo el apóstol también tenía ese problema, pero en realidad sí amaba a Dios, lo mismo les pasa a muchos creyentes, dicen amar a Dios, pero hay una lucha interna contra el pecado que mora en todos.
Si su respuesta es ¡que ama a Dios! está en lo correcto, pero no puede negar que hay lucha interna con el pecado; ¡Lo bueno es que usted sí quiere dejar de pecar!.
La bendición mas grande en esto es, que Dios lo ama inmensamente, ya que mandó a Jesucristo para que usted y todo el mundo sean salvos por medio de la sangre del cordero Santo, Jesucristo nuestro redentor y vencedor.
Siéntase tranquilo al decir que ama a Dios y siga luchando hasta que todos lleguemos a la estatura del varón perfecto. Adelante y ame a Dios con todas sus fuerzas y con todo su ser, como dice el primer mandamiento.
Mateo 23:37-38
37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento.


Bendiciones.
Pastor, Luis Molina.
“MCDD” Una iglesia para toda la familia.

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