jueves, 29 de noviembre de 2018

La humildad.



La humildad.
     Por mucho tiempo, cuando las personas hablan de humildad, se piensa que una persona humilde, es una persona pobre.Veamos qué dice la enciclopedia libre acerca de la humildad.
     La humildad es una virtud moral contraria a la soberbia, que posee el ser humano en reconocer sus habilidades, cualidades y capacidades, y aprovecharlas para obrar en bien de los demás, sin decirlo. La humildad permite a la persona ser digna de confianza, flexible y adaptable, en la medida en que uno se vuelve humilde adquiere grandeza en el corazón de los demás.
     La pobreza es la situación de no poder satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas de una vida digna, por falta de recursos, tales como la alimentación, la vivienda, la educación, el agua, la electricidad, etc.  La pobreza puede afectar a una persona, a un grupo de personas o a toda una región geográfica.
En las Sagradas Escrituras, Jesús nos enseña que seamos humildes.
San Mateo 11:29.
29- Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30- porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
     También nos habla de que Jesús se hizo pobre por causa de nosotros.
2 de Corintios 8:9.
9- Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros, son su pobreza fueseis enriquecidos.
Ahí vemos la gran diferencia entre humildad y pobreza. En  la carta a San Pedro dice lo siguiente.
1 de San Pedro 5:5.
5- Igualmente jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. 6- Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; 7- echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
     El ser humilde, no se demuestra con caminar por las calles con los pantalones rotos como pasa en estos días, hay muchos jóvenes y adultos caminando por las calles, con los pantalones rotos, pero esto no quiere decir que son pobres. La humildad, se lleva en el corazón, en nuestras actitudes y trato hacia los demás recordando, que siempre estamos caminando, bajo la mirada de nuestro Dios todopoderoso. O sea que la recomendación, es que seamos humildes y no soberbios, si tu eres rico y humilde, eso agrada a Dios y si eres pobre y humilde, también eso le agrada a Dios: porque así como hay ricos soberbios, también hay pobres soberbios. Ser humildes es lo que agrada a Dios.
Bendiciones.
Pastor, Luis Molina.
MCDD. Una iglesia para toda la familia.








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