viernes, 30 de marzo de 2018

¡¡Padre porque me has abandonado!!





     En todas las Sagradas Escrituras, este es el grito de clamor mas angustiado, fuerte y doloroso que jamás se haya escuchado en todo el universo. ¡Claro!, si era el clamor de Jesús cuando estaba entregando su vida completa por todos los pecadores en todo el mundo, incluso por usted y por mi: Fue un grito desgarrador, doloroso, lleno de angustia y desesperación; esto lo hizo Jesús para que la obra que vino hacer a la tierra se cumpliera hasta la última frase de lo que tenía que pasar, para que toda la humanidad fuera salva por El.
Mateo 27:46
46- Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz diciendo: Elí, Elí ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío ¿porqué me has desamparado?
Además, si lee en el Salmo 22: 11 está relatado ese instante que fue descrito muchos años en los cuales Jesús viniera. ¡¡Todo Fue Escrito!!
Salmo 22:1
1- Dios mío, Dios mío por qué me has desamparado?
Salmo 22:18.
18- Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.
Vea qué similitud lo que fue escrito antes del libro de Mateo 27:35. Cuando lo hubieron crucificado, repartieron entre sí su vestidos, echando  suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.
     Lo más precioso de todo esto, es que la Sangre de Jesucristo sigue teniendo un valor incalculable y sigue salvando almas, hasta el Día que el disponga.
La sangre de Cristo sigue dando vida, sobre todo aquel que le quiera recibir en su corazón, no se valla sin captar este mensaje.
Esperando que sea de bendición para su vida espiritual y material.  Jesús pasó todo lo que paso, voluntariamente, para entregar su vida, para todo aquel que en el cree, le da vida eterna, y al que no será condenado.
Juan 3:16-18
16- Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda y tenga vida eterna. 17- Porque no envió dios a su Hijo al mundo para condenara al mundos sino para que en el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

Bendiciones.
Pastor, Luis Molina.
"MCDD" Una iglesia para toda la familia.

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