Alguna vez te has sentido rechazado por las personas, por tu
esposa, por tu esposo, por la sociedad en tu trabajo o en cualquier lugar?
Esto del rechazo es muy común en todo el mundo, muchos alguna vez
nos hemos sentido rechazado.
Mira como el Señor Jesús fuer rechazado por la Gente.
Isaías 53:3.
Despreciado y desechado
entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que
escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
En el libro
de Lucas 13:34 también vemos el rechazo a Jesús.
Lucas 13:34.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y
apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos,
como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!
Nosotros
mismos también rechazábamos la salvación, Mateo 21:42.
Mateo 21:42.
Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores,
Ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, Y es cosa
maravillosa a nuestros ojos?
Que podemos
esperar nosotros como personas ¡si a Jesús también lo rechazaron!,
¿que
esperaremos nosotros?.
Es doloroso
sentirse rechazado, pero recordemos que Dios nos puede sanar ese dolor, la
mejor medicina para esta situación, es de ir a los pies de Jesús y clamar por
aquellos que nos rechazan, perdonarlos, además pedirle a Dios que los perdona y
que ese rechazo, quede clavado en la cruz junto con todos nuestros pecados y
los pecados de los demás.
Jesús no nos
va a rechazar; Si alguna vez nos hemos sentido rechazados, es para que nosotros
como humanos, no rechacemos a otros, ya que si hemos sentido este desprecio, no
hagamos nosotros lo mismo con otros.
Personalmente
he visto como muchos se lamentan de ser rechazados, pero ellos mismos también
rechazan a los demás, y esto no debe ser así, por ejemplo cuando venimos a este
país, nos sentimos desubicados y rechazados, pero cuando los extranjeros llegan
a nuestros países, también hay rechazo para ellos, ya sea por X,Y o Z, sea por
la raza color o por cualquier cosa; entonces tenemos que trabajar primeramente
en nosotros de no rechazar a los demás para que como un búmeran, vuelva a
nosotros y nos pase lo mismo, que nos rechazan; he aquí la importancia de
entender a los rechazados y no rechazar nosotros tampoco a los demás.
Bendiciones.
Apóstol y
Pastor Luis Molina.
“MCDD” Una
iglesia para toda la familia.
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