lunes, 6 de agosto de 2018

Veneno en la comida.


Veneno en la comida.
     Sabe usted, ¿Cuántas veces Dios le ha librado de veneno en su comida?. He aquí veremos una historia, en donde Dios libra a los hijos de los profetas de morir por comer alimentos con veneno.
2 de Reyes 4:38-41.
38- Eliseo volvió a Gilgal cuando había una gran hambre en la tierra. Y los hijos de los profetas estaban con él, por lo que dijo a su criado: Pon una olla grande, y haz potaje para los hijos de los profetas. 39- Y salió uno al campo a recoger hierbas, y halló una como parra montés, y de ella llenó su falda de calabazas silvestres y volvió, y las cortó en la olla del potaje, pues no sabía lo que era. 
40 - Después sirvió para que comieran los hombres; pero sucedió que comiendo ellos de aquel guisado, gritaron diciendo: Varón de Dios, hay muerte en esa olla! Y no la pudieron comer. 41- El entonces dijo: Traed harina. Y la esparció en la olla, y dijo: Da de comer a la gente, y no hubo más mal en la olla.
     Vemos ese milagro que Dios hizo por medio de Eliseo para librar a los hijos de los profetas, con el simple hecho de poner harina y esparcirla en la comida; fueron todos librados de la muerte al comer comida envenenada. Vemos que ellos no sabián de ese veneno hasta que alguien los advirtió. Y fueron librados de la muerte.
     Así mismo, solo Dios sabe cuántas veces hemos sido liberados de la muerte, o de contaminarnos de enfermedad en alguna comida. Por eso mismo es importante, que cuando oramos por los alimentos, Dios cumple su palabra y nos libra de la muerte cuando oramos y le decimos  ¡¡líbranos de todo mal amén!! Cuando recibimos a Jesucristo en nuestro corazón, El nos dejó una promesa en el libro de: San Marcos 16:17-19.
17- Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 18- tomaran en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
     Vemos que por esa misma promesa de Dios el nos libra de la muerte, ya que estas señales que nos dejó Jesús hemos sido liberados y protegidos de cosa mortífera en cualquier alimento por los cuales hayamos orado. He aquí la importancia de ser discípulos de Jesús. Así es que demos gracias a Dios por habernos librado de cualquier comida con veneno mortal. Dios cumple su palabra.
Bendiciones.
Pastor, Luis Molina.
"MCDD" Una iglesia para toda la familia.

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