La palabra comodidad, se refiere, cuando una persona se siente a gusto, tranquila, en paz, feliz, por la cual, no se quiere salir, otros le llaman la zona de confort.
Que nos dice el diccionario: La palabra comodidad es la condición de cómodo, conveniente, provechoso. El término, proviene del vocablo latino commoditas, suele hacer referencia aquello que se necesita para estar a gusto, las comodidades, se asocian al confort. Esto es conforme al diccionario.
No hay, como cuando uno regresa a casa después de una larga jornada de trabajo, sentarse, en un sillón muy cómodo, quitarse la ropa de trabajo, los zapatos y empezar a ver su programa favorito de televisión, o hacer algo que a usted le guste, wow diría en mis términos, ¡¡Que calidad!! y la verdad es, que se siente muy a gusto, de ahí no queremos salir. Las sagradas escrituras también lo dicen, que para todo hay tiempo, también el rey Salomón lo menciona varias veces en el libro de Eclesiastés.
Eclesiastés 2:24.
24- No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de la mano de Dios.
Luego Salomón al final dice, que todo esto es vanidad y que de toda obra tenemos que dar cuentas.
Eclesiastés 12:13-14
13- El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. 14- Porque Dios, traerá toda obra a juicio, juntamente con toda encubierta, sea buena o sea mala.
En realidad, lo que he visto y aprendido, es que. la comodidad no es mala, lo malo es permanecer todo el tiempo en esa zona de confort, ya que es un estado como de embriaguez, ¡No le importa nada, ya no siente nada, todo lo que está a su alrededor, no le interesa; nadie quiere salir de esa zona de confort, se vuelve una rutina constante, “ trabajo, comida, descanso y luego a dormir para descansar” al día siguiente se repite lo mismo. He ahí el peligro, ya que empezamos a descuidarnos espiritualmente, por tanta comodidad, ya no queremos trabajar ni hacer nada para la obra de Dios, nos volvemos egoístas y no queremos participar en nada ni comprometernos, absolutamente en nada.
Como cristianos o como líderes, especialmente si Dios le ha llamado a un liderazgo, tiene que tener mucho cuidado porque al final le van a pedir cuentas, ¿qué es lo que hizo y que es lo que no hizo?.
Cuando El nos da, un privilegio o un liderazgo tenemos que cumplirlo, no fallarle a Dios dejando tirado, para lo que lo hemos sido llamados.
Para terminar, lo quiero invitar a que salga de esa zona de comodidad y conformidad, atrévase, usted puede, especialmente, si Dios ha puesto la mirada en usted, para que le sirva, ¡¡hoy es su día!!.
Bendiciones.
Pastor, Luis Molina.
“MCDD” Una iglesia para toda la familia.
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