¿Alguna vez, ha navegado en contra de la corriente, o caminado en contra del viento?. Hace muchos años, cuando era niño y caminaba por la playa, me gustaba correr y sentir la fuerza del viento, me ponía a luchar con el viento y me costaba ir hacia adelante, el viento me soplaba tan fuerte que no podía ni abrir los ojos ya que el viento soplaba con demasiada fuerza; sentía que casi volaba como un papel, pero luego al correr a favor del viento corría tan rápido; que casi me caía, de la fuerza del viento cuando soplaba en mi espalda.
También me recuerdo que después de que llovía, hacía unos barquitos de papel, para ponerlos en los ríos que se formaban en las calles de mi barrio; los ponía a navegar y siempre que los ponía nunca se iban por donde yo quería, si no que siempre se iban hacia donde iba la corriente, nunca avanzaron en contra de la corriente, así mismo pasa con los barcos grandes o pequeños, si van en contra de la corriente, les costará llegar a su destino.
en conclusión sea caminando o navegando, si vamos en contra de la corriente, siempre encontraremos resistencia y nos costará llegar hacia donde queremos llegar.
¿Tal vez pensara y que con todo esto?.
En la vida, si caminamos en contra de las cosas de Dios, nos costará llegar hacia donde El lo quiere llevar, veamos qué nos dicen las sagradas escrituras al respecto?.
Juan 3:8.
8- El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
O sea que si usted es nacido del Espíritu se dejará llevar por el viento de Dios, o sea se dejará llevar por el Espíritu Santo.
¡¡Veamos un ejemplo de ir contra la corriente!!. Es sorprendente como Dios nos da ejemplos de ir en contra de su voluntad y en contra de su Espíritu.
Gálatas 5:16-17.
16- Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17- Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
En el idioma hebreo al Espíritu Santo le llaman el viento de Dios. Así es que lo que nos conviene como cristianos nacidos de nuevo en no caminar en contra de la corriente de Dios, nunca caminar en contra del Espíritu Santo, porque los deseos de la carne, son en contra del Espíritu. Los deseos de la carne son pecado y el pecado nos separa de Dios.
Bendiciones.
Pastor Luis Molina.
“MCDD” Una iglesia para toda la familia.
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