viernes, 13 de enero de 2017

¡El diablo tuvo la culpa!




Esta excusa, es la más común, usada por muchas personas cristianas, cuando no quieren aceptar su error, o el pecado en el cual han caído.


En el pecado del Edén, cuando Dios le pregunta al hombre, le respondió, ¡la mujer que me diste por compañera!, Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Eva dijo, ¡la serpiente me engañó, y comí.!.... Así sucesivamente, tanto hombres como mujeres han venido descargando su falta de responsabilidad sobre otros.
Génesis 3:11-13
11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? 12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. 13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.


Entre los cristianos, el pecado no se comete, por falta de conocimiento, ya que si ha venido aprendiendo la palabra, encontrará la diferencia entre lo que es pecado y no es pecado; antes de pecar siempre hay un proceso; después de ver, viene la  codicia, luego, después de codiciar y no ser sabios, lo siguiente es, la maquinación o sea el pensamiento, ¿cuál será el siguiente paso?. Internamente, dentro del hombre, hay una lucha. entre la carne y el espíritu y si la carne es débil, es ahí precisamente, donde se toma la mala decisión y se cae en pecado, luego, en lugar de reconocer el pecado, se le echa la culpa a alguien mas, pero si no se encuentra, se le echa la culpa al diablo, al igual que Adán y Eva, diciendo ¡el diablo tuvo la culpa!.
Recuerde que cuando llega la tentación, el único responsable, de caer o no caer, es usted, nadie más. Es como cuando se toma una mala decisión, no hay otro responsable más que usted; es cierto que alguien más puede influenciar en su pensamiento, pero la decisión siempre será ¡su decisión!.
Deje de estar descargando su culpa en otras personas y  aprenda a ser responsable de sus acciones, para cometer menos errores y que le vaya mejor en su vida.
Apártese del mal y no sea sabio en su propia opinión.
Proverbios. 3:3-8
3 Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; Atalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón; 4 Y hallarás gracia y buena opinión Ante los ojos de Dios y de los hombres.
5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.
6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.
7 No seas sabio en tu propia opinión;  Teme a Jehová, y apártate del mal; 8 Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos.


Bendito sea Dios, porque nos ha dado oportunidad para nuestra salvación, por medio de la sangre preciosa de su hijo Jesucristo, al cual debemos seguir y obedecer para tener salvación y vida eterna.


Bendiciones.
Pastor, Luis Molina.

“MCDD” Una iglesia para toda la familia.

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