¿Podrías creer esta historia?, de un
hombre que estuvo por tres días en el vientre de un gran pez y no murió.
Creo que es algo increíble; en lo
personal pienso que es imposible ya que los asidos del sistema digestivo de los
peces, deshace los alimentos y creo que nadie sin aire bajo de agua, resiste
por 3 días, o sea 72 horas sin oxigeno y bajo de las corrientes del mar, dentro
del vientre de un pez como le paso a este hombre.
Las sagradas escrituras siempre me
sorprenden con cosas tan tremendas e interesantes, difíciles de creer, que si
no les ponemos atención, simplemente son historia; pero cuando te detienes y te
haces ciertas preguntas, y buscamos las respuestas, vemos que en realidad para
nosotros, son imposibles, pero nunca imposibles para Dios.
¿Quien es ese hombre de esta verdadera
historia?, su nombre es Jonás, que fue uno de los profetas que Dios uso aquí en
la tierra para llevar malas noticias al pueblo de Nínive, veamos que nos dicen
las sagradas escrituras a respecto en el libro de
Jonás:1:17.
Jonás 1:17
Pero Jehová tenía
preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez
tres días y tres noches.
La pregunta es: ¿Por qué le paso esto a Jonás? Y la
respuesta es fácil, ¡Por desobediente!
Te invito a que leas el libro de Jonás que esta en la
biblia, ahí encontraras toda la historia de Jonás, un profeta que fue enviado
por Dios para dar la mala noticia de que ¡si no se arrepentían de sus pecados!,
destruiría la gran ciudad de Nínive, pero este profeta no le obedeció a Dios y
salió huyendo en un barco, el cual se estaba hundiendo y Jonás reconoció que
por causa de el, el barco se estaba hundiendo y fue lanzado por los marineros al
mar, donde lo esperaba un gran pez que se lo trago.
Se ve muy dramático y nos podemos preguntar que
casualidad; pero vemos que cuando Dios quiere hacer algo con alguien, usara
cualquier medio para hacer su voluntad, se oponga quien se oponga, así es que
cual es la reflexión de este día.
Es mejor que seamos obedientes a Dios, y hagamos lo que
nos manda a hacer, porque de lo contrario el usara cualquier método en nuestra
vida para que hagamos lo que Dios dice, o nos veremos en circunstancias como en
las que paso Jonás. Seamos obedientes a Dios y hagamos su voluntad, no rebeldes
como Jonás, que después dentro del vientre del pez clamo a Dios y en su
infinita misericordia lo escucho y el pez lo vomito en la playa, fue hasta ahí
que Jonás le obedeció a Dios para ir a dar la advertencia al pueblo de Nínive
que si no se arrepentían destruiría el pueblo junto con sus habitantes, cosa
que no hizo ya que se arrepintieron y ese pueblo se salvo y no fue destruido.
Seamos obedientes al llamado de Dios y no nos resistamos para
hacer su voluntad.
Bendiciones.
Aposto y Pastor Luis Molina.
“MCDD” Una iglesia para toda la familia.
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