jueves, 15 de diciembre de 2016

¡Trabajo, trabajo y más trabajo!....



Gracias a Dios por el trabajo y por todo lo que puede obtener por sus frutos. ¡Pero! ¿qué hay de su salud y de su familia?.
El trabajo, es algo importante y necesario en la vida, la sagradas escrituras hablan del trabajo: Dios mismo trabajó en la creación, pero también descanso  y aun sigue trabajando
Juan 5:17.
17 Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.
El Apóstol Pablo hace una exhortación para los que no trabajan 2 de Tesalonicenses
2 de Tesalonicenses 3:10-12
10 Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 11 Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. 12 A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan.

Si ha leído con atención lo anterior, es necesario trabajar; ¡pero!  el problema es, tanto hombres como mujeres, se  afanan en el trabajo y descuidan a sus familias.  
Cuando reaccionamos del descuido, vemos que hasta nuestro propio cuerpo sufre las consecuencias por la falta de atención, así mismo nuestro cónyuge e hijos: Por el exceso de trabajo y no dedicarles el tiempo necesario, nuestros cónyuges están propensos a una infidelidad, porque ellos necesitan atención, así mismo los hijos, por falta de atención, crecen con desórdenes emocionales, estando propensos a participar en cosas muy desagradables, de las cuales nos podemos arrepentir.

Dicen las sagradas escrituras, que no nos afanemos.
Mateo 6:25-26
25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?

Si usted es una persona que trabaja demasiado, que no le pone atención a su cónyuge y a sus hijos; en ambos casos, tanto el hombre como la mujer. Esta palabra es especialmente para usted, ya que si no toma el control, está expuesto/a, a una enfermedad, a una infidelidad por parte de su cónyuge, por lo consiguiente a un divorcio, la pérdida de su hogar y sus hijos.
Medite por un momento en esta exposición y dele más tiempo a su cónyuge y a sus hijos, recuerde que la vida es corta; está bien que trabaje, pero no descuide lo más valioso que Dios le ha dado, que es su familia.

Bendiciones.
Pastor Luis Molina.
“MCDD” Una iglesia para toda la familia.



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