viernes, 9 de diciembre de 2016

Huyendo del pecado.



Hay momentos en la vida, que se nos presentan oportunidades de pecar; pero en lugar de huir y resistir, somos presa fácil del enemigo.
Lamentablemente, hay hombres famosos, celebridades de gobierno, reyes, presidentes, sacerdotes, pastores, ministros del evangelio, embajadores en las naciones y muchos más,  por no huir del pecado han caído para vergüenza de ellos, sus familiares y amigos.
Las sagradas escrituras, dicen que: el enemigo de nuestras almas, anda como león rugiente, buscando a quién devorar.
1 de Pedro 5:8
8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;

También en el libro de Eclesiastés dice así:
Eclesiastés 10:1
1 Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable.

Todos, sin excepción, estamos expuestos, tanto a la muerte como al pecado, sean ricos pobres, hombres o mujeres, jóvenes o viejos etc.
por eso debemos someternos y confiar en Dios; nunca confiar en nuestras propias fuerzas ya que, no estamos libres de caer en pecado.
Santiago 4:7
7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.

Cuando estemos en tentación, a punto de caer en pecado, lo mejor es resistir al diablo, para que huya de nosotros; no importando que nos digan cobardes o miedosos, lo mejor es escapar de la tentación para no caer.
Vemos el caso de José con la esposa de Potifar, el salió huyendo del peligro de caer en pecado y desagradar a Dios y a su amo.
Génesis 39:7-12.
7 Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo. 8Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene. 9No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios? 10 Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella,
11 aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí. 12 Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.

¿Cual es el consejo?: Cualquier situación de pecado que se le presente, no piense mucho, lo mejor es huir, para no caer y desagradar a Dios todopoderoso, no servir de burla para el enemigo.

Bendiciones.
Pastor Luis Molina.
“MCDD” Una iglesia para toda la familia.


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