martes, 16 de julio de 2019

De mañana te buscaré.


De mañana te buscaré.
     Bendiciones sean para todos en este día, en el cual Dios nos permitió respirar, abrir nuestros ojos y poder movernos.
     Creo que buscar la presencia de Dios, no es solo los domingos en las iglesia.
También en cualquier lugar adonde nos dirijamos y en donde estemos. El rey David desarrolló un bendito hábito; de buscar a Dios en todas partes y en todo tiempo; desde la madrugada, hasta acostarse.
Salmo 63:1-3.
1- Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas, 2-Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario. 3- Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.
     Esto es algo que muchos no hacen, ya que la vida está llena de ocupaciones, como por ejemplo: Atender a la familia, trabajo, deportes, distracciones, problemas etc, etc: Sin recordarnos que sin Dios, ¡no podríamos ni respirara!, ya que El es el que nos da la vida, la familia, el trabajo y todas las cosas. Mas sin embargo a veces ni nos recordamos de Dios y mucho menos de buscarlo de madrugada en oración.
     El rey David es muy buen ejemplo en es buscar de Dios: Su necesidad de buscar de Dios era tan fuerte que lo comparaba con un ciervo que brama por las aguas y hasta que se dormía estaba pensando en Dios.
Salmo 42:1-2
1- Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios el alma mía. 2- Mi alma tiene sed del Dios vivo; ¿Cuándo vendré y me presentaré, delante de Dios?. Además decía:
Salmo 4:8- En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú , Jehová, me haces vivir confiado. La enseñanza que nos dejó David es muy importante y muy buen ejemplo a seguir como hijos de Dios.
     Les invito a poner este ejemplo en practica para nuestras vidas y de nuestra familia; así estar y dormir confiados que la presencia de Dios nunca nos dejará.
Bendiciones.
Pastor, Luis Molina.
MCDD. Una iglesia para toda la familia, para adorar y exaltar el nombre de nuestro Dios Todopoderoso.

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