En nuestras oraciones y plegarias que hacemos todos los días, oramos y repetimos la parte de la oración que nuestro Señor Jesús nos dejó escrita ¡El Padre nuestro! ¡¡Hágase Tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra!! Si nuestro Salvador y Redentor la dejó escrita, entonces quiere decir, "Que si se puede cumplir en nuestras vidas". El problema de nosotros como cristianos, es que solo repetimos como loros, sin estar atento a lo que estamos orando, solo lo hacemos como estar repitiendo palabras vanas sin sentido alguno.
Mateo 6:9-10.
9- Vosotros pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
10- Venga tu reino, Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Si por un instante se pone a pensar ¿Cómo es el cielo? "En el cielo", no hay enfermedad, ni llanto ni dolor, no hay rencor, no hay envidia, no hay odio, no hay contiendas, no hay pago de casa, no hay pago de renta, no se paga el agua, la luz, el gas, el carro, los muebles, no hay deudas de nada porque nuestro Señor Jesús ya lo ha pagado todo; y lo más lindo es que la presencia de Dios y la adoración hacia El, es de continuo, ¡¡Wow que belleza!! Yo me quiero ir con El, ya quiero estar allá!! ¿Y Usted?.
Para concluir, lo quiero invitar a que se atreva y le diga a nuestro Padre celestial, ¡Señor, Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en "Mi vida, en mi familia en mi hogar y en la tierra".
Recuerde que la voluntad de Dios para nosotros, todo es de bien y no de mal, de salud y no de enfermedad, de prosperidad y no de pobreza. ¡¡Piénselo y actúe en fe!!, Usted experimentará un gran cambio en su vida y en todo lo que emprenda.
Bendiciones.
Pastor, Luis Molina.
"MCDD" Una iglesia para toda la familia.
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