miércoles, 28 de agosto de 2019

Las aguas salutíferas.


Las aguas salutíferas.
     Bendiciones para todos aquellos que las necesiten y estén dispuestos a recibir sanidad por medio de las aguas salutíferas. En el nombre de Jesús.
     En la actualidad hay millones de enfermos en todo el mundo. de estos millones, muchos han sido sanos porque le han creído a Dios y por supuesto también han sido obedientes cuando un doctor les da medicamentos para ayudar a controlar o sanar las diferentes enfermedades. Las sanidades que se producen con la intervención divina de Dios se llaman milagros y las sanidades que ocurren por causa de la intervención médica se llaman sanidades por medio de la ciencia.
     Si Dios, ha permitido que hayan doctores y los ha capacitado para esa noble misión, no debemos ignorarlos, sino al contrario, orar para que Dios les siga dando sabiduría y capacidad para hacer su trabajo lo mejor posible.
     Pero también tenemos que creer en el rio de Dios, las aguas salutíferas que son mencionadas en el libro del profeta Ezequiel 47, las cuales empezaron a brotar desde el oriente del templo, hacia el occidente, después al sur y al norte; sin dejar ningún lugar en seco; luego sigue corriendo, formando un río tan grande que camino hasta llegar al mar y cuando entro al mar todas las aguas fueron sanas; además todo lo que era tocado por esas aguas, quedaba sano.
Ezequiel 47: 9- Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río.
     Esas aguas, son las que tenemos que anhelar, para qué halla sanidad en nosotros, no solo en nuestro cuerpo, sino que también nuestra alma, además esa agua, da vida. Si usted ya ha tratado con médicos y diferentes medicinas: Solo le falta creer en Jesús, Él es el río de Dios, el agua; que le dará sanidad a su cuerpo y a su alma, así como lo hizo con la mujer con flujo de sangre; ella ya había gastado su fortuna en médicos y medicinas; pero cuando tocó a Jesús: ¡Quedó completamente sana!
San Lucas 8:44.
44- se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de sangre.
     Está en cada uno de nosotros creer que Dios puede dar la sanidad divina, la cual esperamos.
Bendiciones.
Pastor, Luis Molina.
MCDD. Una iglesia para toda la familia, para adorar y exaltar a nuestro Dios Todopoderoso.

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