miércoles, 19 de octubre de 2016

¡Amor incondicional!.




Se ha puesto a pensar algún día en ¿como es el amor de Dios, hacia nosotros; será como el amor de una madre hacia sus hijos?


¿Qué piensa usted acerca de esta pregunta?, le quiero expresar mi pensamiento acerca de la respuesta que tengo en lo personal: Veo que el amor de una madre hacia su hijo, es incondicional, y posiblemente usted conoce alguna madre que haya dado la vida por un hijo, e incluso por sus hijos, o sea que el amor de una madre hacia sus hijos es incondicional, dependiendo la edad del niño; ya que cuando los hijos no son pequeños cambia la situación ya que si ahora es un joven que está en malos caminos y desobedientes, creo que la respuesta sería diferente; entonces se volvería un amor condicional, o sea dependiendo de las circunstancias, el amor es condicional o incondicional, de lo contrario creo que el 99% está dispuesta a dar la vida por un hijo.
Pero si usted le pregunta a una madre ¿si estaría dispuesta a dar la vida por un hijo de alguien que le no le cae bien?, creo que le diría que no aunque le agregaría ¡Pero el niño no tiene la culpa!,  por seguro sea como sea es más difícil que una madre de la vida por otra persona que no sea su hijo, así es que el amor de la madre es incondicional para su hijo, pero no para los demás. He ahí la diferencia del amor de Dios hacia nosotros; Ya que Dios mandó a su hijo a entregar su vida por nosotros, y Jesucristo tiene el mismo amor hacia nosotros, porque el Padre y el Hijo uno son.


Ahora bien, Veamos qué dicen las sagradas escrituras  el libro de Romanos 5:8.
Romanos 5:8.
8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. 10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.


o sea que el amor de Dios es incondicional, ya que El, sabiendo que somos pecadores, Cristo murió por nosotros, no importando nuestra condición pecaminosa en la cual fuimos llamados.
Eso es impresionante y muy diferente al amor de una madre ya que la madre no daría la vida por los hijos de sus enemigos, no cabe la menor duda que por eso, El es Dios, el cual se merece toda gloria y honra por los siglos de los siglos.
Si usted no había visto la magnitud del gran amor que nuestro Padre tiene por nosotros, hoy es tiempo de cambiar en nuestro modo de pensar,  paremos de pecar, arrepintamonos de andar en malos caminos.


Bendiciones.
Apóstol y Pastor Luis Molina.

“MCDD” Una iglesia para toda la familia.

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