Creo
que todos los que leemos esta pagina estamos necesitados de Dios y muchos de
nosotros, ya no queremos pecar, pero recordemos que aun estamos en este mundo y
en cualquier momento podemos caer en algún pecado.
Se que
ya en Cristo no queremos pecar deliberadamente, pero podemos caer en el error,
y esta palabra es para usted en especial que se siente avergonzado de haber
pecado, pero se, que si se siente avergonzado quiere decir que esta
arrepentido, también le quiero recordar, que abogado tenemos.
1 de Juan 2:1-3
1Hijitos míos, estas cosas os
escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos
para con el Padre, a Jesucristo el justo. 2Y él es la propiciación
por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de
todo el mundo. 3Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si
guardamos sus mandamientos.
Al leer
la siguiente escritura, observe que bendición del abogado que tenemos, no es
acusador si no que redentor, el nos ama y conoce nuestras debilidades como
hombres y mujeres que aun estamos expuestos aquí en la tierra; con esto que
escribo no quiere decir que estoy de acuerdo con el pecado, si no que veamos la
gran misericordia de Dios para con nosotros.
Juan 8:1-11
1y Jesús se fue al monte de los Olivos. 2Y por la mañana volvió
al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. 3Entonces
los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y
poniéndola en medio, 4le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido
sorprendida en el acto mismo de adulterio. 5Y en la ley nos mandó
Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? 6Mas esto decían
tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía
en tierra con el dedo. 7Y como insistieran en preguntarle, se
enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en
arrojar la piedra contra ella. 8E inclinándose de nuevo hacia el
suelo, siguió escribiendo en tierra. 9Pero ellos, al oír esto, acusados
por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los
postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. 10Enderezándose
Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los
que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11Ella dijo: Ninguno, Señor.
Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Estas mismas palabras le
dice el Señor en este día, Jesús le dijo:
Ni yo te condeno; vete, y no peques más.
Pídale perdón al Señor y no se siga atormentando, arrepiéntase
y ya no peque más, espero en el nombre de Jesús que esta palabra alivie el corazón de
muchos, para la gloria y honra de nuestro Señor todo poderoso.
Bendiciones.
Apóstol y Pastor Luis Molina.
“MCDD” Una iglesia para toda la familia
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