El duelo es un tema muy doloroso hablar
de el, pero es necesario, aprender a enfrentarlo, ya que puede ser un estancamiento
y retraso mu largo en nuestra vida.
Es algo muy doloroso en la vida
especialmente si no se esperaba la muerte de un ser querido o alguien muy
cercano por ejemplo un buen amigo, por haber sufrido un ataque al corazón, un ataque al cerebro, un
accidente cualquiera que sea, en pocas palabras, una muerte inesperada.
Me ha tocado ver casos de personas que
después de la perdida de un ser muy querido entran en un estado tan doloroso
que no pueden superar la perdida del ser querido que ha partido, y pasan años y
años con el sufrimiento y no lo pudieron superar, hasta que les llega la
muerte.
El duelo puede crear un periodo de
estancamiento espiritual, físico y mental, ya que es tanto el dolor que la
persona afectada nunca se puede recuperar de la perdida y desprendimiento, del
ser que ha perdido.
El único que nos puede sacar de ese
tiempo del letargo retraso, es nuestro Dios todo poderoso, y el nos habla en su
bendita palabra, por ejemplo en el Salmo 23:4-6 y Salmo 116:15.
Salmo 23:4-6
4-Aunque ande en valle de sombra de
muerte, No temeré
mal alguno, porque tú estarás
conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. 5Aderezas
mesa delante de mí en
presencia de mis angustiadores; Unges
mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos
los días de mi vida,
Y en la casa de
Jehová moraré por largos días.
Salmo 116:15.
Estimada es a los ojos de Jehová La muerte de sus santos.
Estos Salmos tan conocidos es repuesta a nuestra vida
cuando estamos pasando por una situación tan dolorosa como es la muerte, pero
recordemos que si ponemos esta perdida en manos de Dios, el se encargar de
confortar nuestra alma y salir pronto del dolor que nos lleva al duelo.
El guardar duelo es algo natural para recuperarnos del
dolor, es como un descanso después de hacer una caminata larga o después de
trabajar por muchas horas, o sea que se necesita descansar, pero no nos
pasaremos descansando toda la vida, porque esto nos causa un estado de
inmovilidad, estancamiento, retraso tanto en lo físico, como en nuestra vida
espiritual.
Así es que si alguien en este momento, esta pasando por
un dolor y esta en duelo: le deseo que
Dios lo fortalezca grandemente; Pongamos en manos de Dios nuestra esperanza,
nuestro dolor y nuestro lamento, para que el ponga una venda, ungüento en nuestras
heridas y sane pronto nuestra alma, no nos rindamos y sigamos adelante en la situación tan dolorosa que hemos pasado. El duelo debe ser temporal, no eterno.
Bendiciones.
Apóstol y Pastor Luis Molina.
“MCDD: Una iglesia para toda la familia.
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