Existen muchas situaciones que pueden angustiarte, de hecho a veces es más fácil estar angustiado que tranquilo. Ese momento en el que estamos tan necesitados de palabras, que recurrimos a todas las redes sociales en busca de frases motivacionales, textos de autoayuda y demás. Cada uno reaccionamos de diferente forma, quizá algunos cambien su estado en Facebook para que el mundo se entere de su "desgracia" y quizá alguien se motive a darte palabras de aliento. Pareciera que muchas de las veces que hacemos esto encontramos consuelo momentáneo y un pequeño alivio, el problema de éste método es que funciona como las recetas para el dolor, que los doctores nos dan; por supuesto, como cuando te dicen: "Tómese un comprimido cada ocho horas y si el dolor es muy fuerte dos", parafraseando sería: "Publique en Facebook que está triste, con esto recibirá palabras de aliento, si aún así no se siente bien, cambie su estado en WhatsApp y coloque una foto de una lágrima o algo que haga reaccionar a todos sus contactos, en las siguientes horas tendrá muchos mensajes de aliento". Por supuesto, después de finalizado ese tratamiento encontrará que el dolor permanece durante unos días más, además la medicina ingerida tendrá efectos secundarios, en el último caso, si sus publicaciones de este tipo son muy recurrentes (y créame que lo serán, porque una persona que no se libera de la angustia la sentirá cada vez más fuerte) las personas terminarán ignorándol@ y comentando lo típico, "Ést@ ya nos aburrió, que se corte las venas y ya", siii!!! Aunque no lo crea he escuchado cosas peores a éstas.
Entonces qué puedo hacer para liberarme de la angustia, sin terminar siendo un mártir ante la gente. Recuerde siempre que un proceso de liberación conlleva tres pasos importantes (en general), 1. El esclavo debe anhelar ser libre. 2. La única libertad verdadera proviene de Dios. 3. Acepte y disfrute de su libertad.
Entonces apliquemos los tres pasos cuando estemos angustiados.
1. Desde el momento que sentimos esa presión en el pecho, esas inmensas ganas de llorar por lo que está sucediendo, debemos comprender que estamos siendo esclavos de un sentimiento que no es parte de lo que Dios quiere para nosotros. El gozo de Dios debe ser nuestra fortaleza. En este momento debemos anhelar con todas nuestras fuerzas ser libres, este sentimiento nos lleva al siguiente paso.
2. Ser libre es un privilegio de las personas que tienen a Cristo en su corazón. En este punto es importante conocer el significado de la palabra angustia. Según el diccionario significa: "Del latín angustĭa (“angostura”, “dificultad”), la angustia es la congoja o aflicción. Se trata de un estado afectivo que implica un cierto malestar psicológico, acompañado por cambios en el organismo (como temblores, taquicardia, sudoración excesiva o falta de aire). Una definición un poco más resumida: "estado psicológico relacionado con la ansiedad. La angustia es una profunda manifestación de inquietud.". Jesús mismo dijo que "Si El Hijo los liberara serán verdaderamente libres", quizá parezca una redundancia, pero esta frase quiere hacer énfasis en la libertad extraordinaria que Dios ejerce sobre las personas que lo aceptan. También significa que la maldad ya no tiene poder sobre nosotros, amén!!!!. Quizá parezca demasiado emocionante, pero realmente lo es.
3. Existe un estado psicológico llamado "Síndrome de Estocolmo", en el que las personas que son raptadas terminan simpatizando con su captor. Algunas personas están tan acostumbradas a estar angustiados que se atreven a decir "el que nació para tamales, del cielo le salen las hojas" (una frase común para indicar que estamos predestinados a ciertas situaciones, en algunos casos buenas y muchas veces malas), pero este no debe ser nuestro caso, en el paso anterior decíamos que Jesús nos hace verdaderamente libres, entonces debemos aceptar esa libertad y disfrutarla. Podremos salir de nuevo a la calle, comer nuestro helado favorito y sentirle de nuevo ese sabor incomparable que nos hace suspirar, podremos decirle con toda confianza a la persona que amamos que estamos felices, y como dicen "una felicidad compartida es doble felicidad", entonces contagiaremos a los demás, esa es la ventaja que nuestra liberación producirá frutos que serán cosechados hasta por personas que no imaginamos.
Por último pensemos en la reacción en cadena que produciremos, en el trabajo, en la escuela, en la iglesia, con nuestra familia, imagine el potencial invaluable que será explotado. No es un proceso simple pero es seguro, y después de todo los beneficios que obtendrá son incalculables.
Repita conmigo, soy libre, la angustia nunca más se apoderará de mi, Jesús llevó mis cargas y nunca más estaré atado.
EJM
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